En 1989 la sonda Voyager 2 de la NASA pasó cerca de Neptuno detectando seis pequeñas lunas en la órbita interior del planeta, pero una pasó inadvertida. Fue descubierta en 2013 por Mark Showalte, astrónomo estadounidense del instituto SETI, mientras analizaba fotos del Neptuno captadas con el telescopio espacial Hubble.
Recientemente, un equipo de científicos liderado por Showalter describe en la revista Nature las características de esta pequeña luna, bautizada como Hipocampo, en homenaje a la criatura mitológica griega mitad caballo y mitad pez. Es la séptima luna de la región interna, y se suma a las otras seis lunas que también tienen nombres mitológicos: Náyade, Talasa, Despina, Galatea, Larisa y Proteo.
También revelan las características de Naiad, el diámetro de Hipocampo ronda los 34 kilómetros, se encuentra a unos 105.251 km del gigante azulado y orbita cerca de Proteo, el mayor y más exterior de los satélites internos. Según expertos, Hipocampo podría haberse formado a partir de uno de los fragmentos de esta luna vecina, desprendidos tras el impacto de un cometa.
“Hipocampo orbita cerca de Proteus, la más externa y la más grande de estas lunas (…) Proteus ha migrado hacia fuera debido a las interacciones de las mareas con Neptuno. Nuestros resultados sugieren que Hipocampo es probablemente un fragmento antiguo de Proteus”, detallan los investigadores.