Este jueves, el Parlamento español aprobó definitivamente la ley que despenaliza la eutanasia y aprueba el suicidio asistido.

Esto convierte a España en el cuarto país de Europa y el séptimo en el mundo que permitirá a un paciente incurable recibir ayuda para morir y evitar su sufrimiento.

La ley se aprobó con 202 votos a favor, 141 en contra y dos abstenciones, y entraría en vigencia en tres meses más, sin embargo, la extrema derecha de Vox ya anunció que recurrirá al Tribunal Constitucional para que no siga adelante.

«Es un día importante para aquellas personas que se encuentran en una situación de grave padecimiento y también lo es para sus familias», comentó la socialista Carolina Darias.

Todos los mayores de edad podrán solicitarla, siempre y cuando sufran “una enfermedad grave e incurable” o un “padecimiento grave, crónico e imposibilitante” que influya en la autonomía de las personas y genere un “sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable”.

Entre las restricciones se incluye que la persona de nacionalidad española o residente legal sea “capaz y consciente” cuando realice la petición, formularla por escrito “sin presión externa” y seguir confirmando este deseo varias veces mientras se prosigue, además de poder desistir en cualquier momento.

En América Latina, solo Colombia la acepta, aunque no ha legislado al respecto. La ley española autoriza la eutanasia (el personal médico administra la sustancia mortal) y el suicidio asistido (la persona se encarga de tomar la dosis prescrita).