Tessa Hansen-Smith, de 22 años, fue diagnosticada con urticaria acuagénica, una extraña enfermedad que la hace alérgica al agua.

La joven sólo puede ducharse dos veces al mes, tomar agua le provoca cortes en la lengua. Si llora, sus lágrimas irritan su piel, no puede disfrutar de una piscina o de la lluvia, ya que su piel puede inflamarse y dejar lesiones como quemaduras, provocando mucho dolor.

La urticaria acuagénica es una condición en la que la piel, al entrar en contacto con el agua, provoca una reacción corporal que pareciera ser como un contacto con un medio ácido o irritante. Es como si su piel no pudiera “leer correctamente” el contacto con este líquido natural.

Su cuadro fue diagnosticado cuando tenía solo 10 años y desde ese entonces ha debido adaptar su vida a su estado de salud. Asimismo, esta rara enfermedad afecta a menos de 100 personas en todo el mundo.

En la actualidad la joven debe tomar nueve pastillas de antihistamínicos al día y tener precauciones extremas para el día en que debe bañarse. “Siempre recuerdo que no hay cura”, afirma.