Este martes, la desembocadura del Río Loa fue declarada Santuario de la Naturaleza por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad. Esta figura contempla proteger al ecosistema completo y la biodiversidad que habita y descansa en él, además de sus servicios ecosistémicos.
Se trata de un ecosistema clave en el norte de Chile, cuya superficie de 719,7 hectáreas se emplaza en la parte más extrema del desierto, en un flujo permanente de descarga hacia el mar.
De esta forma, constituye la única cuenca exorreica desde el río Lluta por el Norte (a 330 km) y el río Copiapó por el Sur (a 650 km), en una extensión costera de casi mil kilómetros, en el borde del desierto más árido del mundo.
Esta iniciativa fue impulsada por las Seremías del Medio Ambiente de las regiones de Tarapacá y Antofagasta, en el marco de un trabajo colaborativo con el Ministerio de Bienes Nacionales.