Este martes, el gobierno húngaro aprobó el proyecto para aumentar el impuesto de ventas minoristas a las grandes cadenas de supermercados, la mayoría extranjeras, a las que se obligará también a entregar los alimentos que caducan en 48 horas, para su reparto social a los más necesitados.
La ley determina que para las cadenas con una facturación de más de 273 millones de euros anuales, tengan una tasa de impuesto de 2,7 %.
Asimismo, Sándor Farkas, secretario de Estado de Agricultura, aseguró que la norma obliga «a las grandes cadenas ofrecer a los necesitados los alimentos próximos a caducar».
La ley que entrará en vigor el 1 de febrero de 2022 fue pensada para controlar el desperdicio de alimentos. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) los húngaros tiran a la basura más de 1,8 millones de toneladas de alimentos al año, un desperdicio que en toda la Unión Europea (UE) alcanza las 90 millones de toneladas.