El gobierno australiano declaró al koala como una especie en peligro de extinción, ya que la pérdida de hábitat, la sequía y los incendios forestales han llevado a la población al borde de su desaparición.

Asimismo, según el gobierno de ese país, la pérdida de hábitat por el desmonte, el desarrollo urbano y la minería también ha provocado la disminución de su población.

En total, quedan alrededor de 58.000 koalas en Australia después de que alrededor del 30% de la población pereciera desde 2018, según la Australian Koala Foundation, un grupo conservacionista. Una investigación del gobierno de 2020 concluyó que el koala podría extinguirse para el 2050 si no surgen mayores protecciones.

Con el nuevo estatus de conservación del koala, el gobierno australiano prepara un plan de recuperación que será presentado en los próximos meses, un requisito que exigen las leyes medioambientales desde hace una década, pero cuya elaboración y aplicación son asignatura pendiente en Australia.